Un nuevo día nos brinda oportunidades, vivencias, posibilidades, trabajo, sustento. Un nuevo día nos exige fuerzas, responsabilidad, sudor, ánimos, superación. Ya en mayo de este 2020 los días comienzan a traer resultados no deseados de la pandemia, para los que hasta el momento no hemos sido contagiados y por misericordia de Dios no hemos pasado ese tormento, nos encontramos a la puerta de una fuerte realidad financiera mundial.
Los gobiernos en su esfuerzo por no dejar hundir el barco, están tomando decisiones que afecta a todos, dura realidad que dejará sin trabajo a muchos, tanto privados como públicos. Pareciera que nos acercamos silenciosamente a un desierto o sequía, ¿Será acaso el lugar donde nos volveremos a Dios con todo nuestro corazón?
Mi FE crece al leer: “Por nada estéis afanosos, sino sean conocidas vuestras peticiones delante de Dios en toda oración y ruego, con acción de gracias. Y la paz de Dios, que sobrepasa todo entendimiento, guardará vuestros corazones y vuestros pensamientos en Cristo Jesús.”
Nuestros ojos podrán ver lo natural de la situación y nuestros oídos podrán escuchar muchas noticias, pero la verdad es que ya estamos embarcados en el viaje de la vida, una vida que es un regalo de su Autor, justo ahora somos testigos de la historia de la humanidad en sus últimos tiempos. Se acerca cada vez una realidad que muchos ignoran o no creen, pero sucederá, en un abrir y cerrar de ojos, el fin de los tiempos, y muchos desapareceremos del planeta.
Mientras llega esa gloriosa redención, seguiré los pasos de JESÚS, el camino, la verdad y la vida.